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Economía de Tailandia

Principales características de la economía tailandesa

Tailandia es la 26ª economía más grande del mundo y la segunda economía más grande de las Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), representando el 18% del Producto Interno Bruto (PIB) de la ASEAN. Los principales sectores que contribuyen al PIB son Fabricación (34%), Comercio (18%), Propiedad inmobiliaria (13%), servicios (27%)  y la agricultura (9%). Su fuerza laboral representa aproximadamente 38,7 millones de personas. La tasa de desempleo ronda el 0,9%.

En las últimas cuatro décadas del siglo 20 Tailandia logró un progreso notable en materia de desarrollo socio-económico, con tasa de crecimiento anual promedio del PIB de 7,5% entre 1960 y 1996.

El sector industrial fue el motor de la transformación económica de Tailandia, y se destaca también la contribución del sector de servicios, sobre todo el turismo, que representa la principal fuente de divisas y aporta casi una quinta parte del PIB.

Las exportaciones tailandesas se diversificaron, incorporando una gran variedad de productos con valor agregado, tales como automóviles y sus partes, componentes electrónicos, equipos de telecomunicaciones, alimentos procesados y congelados.

Tras recuperarse de la crisis asiática de 1997, Tailandia retomó la senda de crecimiento pero a un ritmo más moderado, con tasa promedio anual de 4% desde 1999 a 2019. Gracias al crecimiento acumulado el país pasó a ser uno de renta media alta en 2011.

En la década de 2010 el crecimiento económico se desaceleró como resultado de la guerra comercial entre EEUU y China, que derivó en menor demanda de exportaciones; y de tensiones políticas internas, que afectaron al turismo y la inversión extranjera.

La alta dependencia de Tailandia del turismo y las exportaciones hicieron que en 2020 y 2021 fuera esta una de las economías de ASEAN más afectadas por las negativas consecuencias económicas por la pandemia, con caída del PIB de 6,2% en 2020.

Apalancada por una rápida recuperación del turismo y con buen desempeño del consumo y la inversión privados, la economía tailandesa retomó el crecimiento en 2021 pero a un ritmo inferior al de sus pares regionales: 2,5% ese año y 1,9% en 2022.

En 2017 Tailandia estableció su Estrategia Nacional de 20 años (2017-2036) para alcanzar el estatus de país desarrollado y la transición a una economía digital. Una política clave de la estrategia es “Tailandia 4.0”, que cubre tres elementos centrales: avanzar en la tecnología y la innovación para mejorar la productividad de las industrias con mayores potenciales; mejorar la capacidad de ser el centro logístico terrestre, marítimo y aéreo de la región; y modernizar la digitalización en las empresas pequeñas y medianas, en áreas como agricultura y atención médica.

Aprovechando su posición geográfica estratégica en el centro de Asia, Tailandia está desarrollando con inversión pública y privada un proyecto de megainfraestructura denominado Corredor Económico del Este (Eastern Economic Corridor, EEC) con un valor de 43 billones de dólares, que cubre las tres provincias orientales, Chonburi, Rayong y Chachoengsao.

El desarrollo de la zona está en sintonía con la adopción por parte de Tailandia del modelo económico Bio-Circular-Green (BCG), introducido en 2021 como parte de un gran impulso para transformar la economía en una basada en el valor y la innovación, centrado en la promoción de cuatro industrias: agricultura y alimentación; medicina y bienestar; bioenergía, biomateriales y bioquímica; y turismo y economía creativa.

La industria alimentaria de Tailandia es el mayor contribuyente al PIB del país. Tailandia es uno de los mayores productores y exportadores de alimentos del mundo. Arroz, azúcar, pollo, atún y camarones son las principales exportaciones de alimentos.

Actualmente, Tailandia es el 11º exportador mundial de productos halal y el 5º mayor productor de alimentos halal. El gobierno tailandés ha reconocido la importancia del sector alimentario y ha brindado incentivos de inversión a los fabricantes de alimentos en las áreas de investigación y desarrollo e innovación alimentaria.

El sector automotriz es un buen ejemplo de que la industria manufacturera es un importante impulsor clave de la economía tailandesa. Tailandia tiene una infraestructura sólida y una amplia red de pequeños y grandes, locales y extranjeros a lo largo de la cadena de suministro de producción de automóviles. Con los incentivos a la inversión proporcionados por la Junta de Inversión de Tailandia (BOI), Tailandia ha sido un lugar atractivo para los fabricantes de automóviles multinacionales.

Tailandia posee buenas políticas proinversión establecidas por el gobierno. Tailandia se encuentra en el ranking del 21º  de los países incluidos en la "Encuesta sobre la facilidad para hacer negocios" del Banco Mundial, y es un centro para acceder a oportunidades en la subregión del Gran Mekong, incluidos Laos, Camboya y Myanmar.

Panorama económico en 2023

En 2023 la economía tailandesa se expandió un 1,9%, lo cual supone una desaceleración respecto del crecimiento de 2,5% registrado en 2022.

La tasa de desempleo sobre el final de 2023 fue de 0,9%, lo cual implica una baja de 0,4 respecto del año anterior.

La inflación general promedió 1,2%, mismo valor que en 2021, bajando desde el 6,1% anotado en 2023, la tasa más alta en 24 años.

La cuenta corriente registró un superávit de 1,3% del PIB, revirtiendo el déficit de 3,4% del año anterior.

PBI según el gasto:

Los gastos en consumo privado crecieron 7,1%, lo cual muestra una aceleración respecto del 6,3% registrado en 2022.

La inversión privada creció 3,2%, lo cual refleja un crecimiento menor al exhibido en 2022 (5,1%). La inversión en maquinaria tuvo una suba del 3,3% mientras que la inversión en construcción revirtió la caída de 1,2% del año anterior, subiendo 2,9%.

El gasto público cayó 4,6% como consecuencia del levantamiento de transferencias sociales relacionadas con el COVID-19, manteniendo una tendencia a la baja luego de la reducción de 3,9% registrada en 2022.

El valor de las exportaciones en dólares estadounidenses bajó 1,7%, luego del crecimiento de 5,5% registrado en 2022. Dichas exportaciones alcanzaron así el valor de USD 280.200 millones. El volumen de las exportaciones cayó un 2,9% mientras que el precio creció 1,2%.

También decreció el valor de las importaciones, un 3,1%, comparado con la expansión de 15,3% en 2022. Las importaciones alcanzaron así el valor de USD 263.000 millones. El volumen de importaciones bajó 3,6% mientras que el precio de las importaciones creció 0,6%.

Sectores productivos:

El sector agrícola creció 1,9% en 2023, desacelerándose respecto del crecimiento de 2,5% en 2022. El índice de producción agrícola decreció 0,3% y también lo hicieron el índice de precios agrícolas, 2,1%, y el ingreso de los agricultores, un 2%.

El sector industrial decreció 3,2%, revirtiendo el crecimiento de 0,4% que había exhibido el año anterior. La tasa de utilización de la capacidad instalada se ubicó en 59%, bajando desde el 62,6% registrado en 2022.

Dentro del sector de servicios, la mejor performance fue exhibida por el sector de hoteles y restaurantes, que creció 18% tras la suba de 39,3% en 2022. Esto fue gracias a la continua recuperación del turismo, que cerró el año con 28.1 millones de turistas extranjeros, lo que implica un crecimiento de 154% respecto de 2022. La tasa de ocupación también subió desde 47,9% en 2022, a 69,2%.

También crecieron los sectores de transporte y almacenamiento (8,4%, luego de la suba de 7,1% en 2022) y comercio mayorista y minorista (3,8%, en comparación con la suba de 3,1% en 2022).

La mala nota nuevamente fue dada por el sector de la construcción, que cayó 0,6%, luego del declive de 2,7% en 2022. Dentro de este sector, la obra pública cayó 3,3% mientras que la construcción privada descendió 2,9%.

Condiciones fiscales:

El déficit fiscal se redujo levemente del 3,5% registrado al final del año fiscal 2022 (30/9/ 2022) a 3,4% registrado al final del año fiscal 2023, en gran parte gracias a la caída del gasto público.

La deuda pública a fines de diciembre de 2023 totalizó 11,1 billones de baht, equivalente al 61,3% del PIB, lo cual representa una pequeña suba respecto del 60,7% a fines de 2022. Se componía de préstamos domésticos por 10,9 billones de baht (98,6% de la deuda pública total) y préstamos externos por 154.800 millones de baht (1,4%).

El tipo de interés fue incrementado en cinco oportunidades por el Comité de Política Monetaria, en 25 puntos básicos cada vez. Como resultado, este se ubicó en 2,50% en comparación con el 1,25% mantenido hasta fines de 2022.

En cuanto al tipo de cambio, la cotización del baht tailandés osciló entre 32,6 y 37,1 bahts por dólar estadounidense, con un valor promedio de 34,8 baht por dólar, lo cual implica una apreciación de 0,7% respecto de la cotización promedio de 35,0 baht por dólar en 2022.

Las reservas internacionales al final de diciembre de 2023 fueron de USD 224.500 millones, superiores a los USD 216.600 millones que existían al final de 2022.

 

 

Fecha de actualización: 01/01/2025